FOTOS: ADOLF BOLUDA
Mira que es improbable que yo diga de una cosa que es la mejor, siempre intento, antes de afirmar tal calificación sobre algo, sopesar bien lo que estoy pensando y justificarlo. Es un término que no me gusta usar gratuitamente y en el caso del restaurante del final de las Rotas, lo afirmo y me quedo tranquilo, convencido que no falto a la verdad. No es el mejor restaurante, en Dénia hay de iguales, mejores y peores, pero sitio, como tal, no hay ninguno que se le acerque. Y mira que al borde del mar hay de muy encantadores.
La vista desde la terraza es idílica, es aquella visión del Mediterráneo sin límites, al menos yo me lo imagino así, bueno, rectifico, me imagino más lejos, a la otra punta del mar, las islas griegas. Me vienen a la mente la Ilíada y la Odisea, Creta y su palacio, Roma y toda una cultura milenaria, la nuestra, la mediterránea.

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Han pasado algunos años desde la última vez que comí aquí y esa visión hoy continúa intacta, y es que cuando tienes ante ti tanta belleza, tanta intensidad, el corazón o el cerebro, todavía está en estudio, genera serotonina y endorfinas y el sentimiento es, al menos en mi caso, el de conectar el alma con los elementos, el cielo, la tierra y el mar, es como meditar.
Es una combinación de emociones, provocadas por la magia de la comida, la compañía indiscutiblemente y la grandeza del mar con los acantilados abruptamente entrando en el agua. Imposible no caer rendido ante la majestuosa manifestación de la naturaleza.
Con esta sensación de felicidad empezamos a comer, el vino y la buena comida harán el resto.

Un plato en el cual domina demasiado el queso, en exceso. La opción buena es comerse los pedacitos de erizo primero rascándolas con el cuchillo. Un platillo poco acertado porque el erizo no viene a apreciarse, el queso llena el paladar y anula el erizo, mejor comerse primero los pedacitos y saborear el animalito.










Recomiendo pasearse por abajo del restaurante al borde mar
Ahora hará unos doce años que no comía en el Mena, me he prometido volver muy pronto y compartir con los míos estas emociones tan potentes.
Se me acuden a la mente recuerdos muy buenos, personas, amigos, mucha diversión, era un tiempo pasado, no mejor que el que corre ahora, pero si diferente, era más joven. Pasa la vida, no està el gran Diego Mena, pero su familia continúa con el proyecto, he visto más modernidad en los platos, una buena evolución, un punto de sal que me ha gustado, suave, remarcable, he visto una gestión perfecta, la labor de las nuevas generaciones se nota.
Los tiempos cambian, la natura ahí queda, imperturbable.
MENA
Carretera Les Rotes, Km 5
Dénia
Tel: 965 78 09 43





