Una vez me contó Ximo Ivars, conversando sobre sus inicios en el mundo de la restauración, que el comedor de la fonda que regentaban sus padres en Benissa se llenaba de los trabajadores que estaban construyendo la carretera que unía Valencia y Alicante, los peones camineros, no solo, llenaban la fonda y el comedor sino que lo hicieron durante un par de años aproximadamente, dando un importante empuje al pequeño negocio. No puedo dejar de imaginarme aquella realidad, corría la década de los 60 del pasado siglo, todavía no había turismo por estos lares y estaban adoquinando una carretera por donde solo pasaban siete u ocho coches al día y que era de tierra prensada. La Marina Alta y la Baja, fueron de las zonas, tal vez por la ortografía, donde más se tardó en construir las carreteras que mejorarían las comunicaciones y dinamizarían la zona.
En aquel comedor se comían platos de cuchara, claro, no me puedo imaginar otra cosa, platos humildes y tradicionales, platos destinados a cubrir las necesidades básicas de nutrición y que se componían de lo que aquellas gentes podían recoger de la tierra y el mar, eso si, exquisitos. Arròs amb guixes, arròs caldós, arròs amb fava pelà, putxero amb pilotes o el putxero de pulpo son algunos platos que Ximo recuerda desde siempre, además de otros guisados y platos de legumbres y que eran más habituales que hoy en día.
Estos platos todavía se sirven en el comedor, que está justo al lado de aquella vieja fonda que fundó la familia Ivars. Hoy la tercera generación representada por Ximo Ivars hijo en la cocina y Jordi en la sala recogen el testigo. En la gastronomía que ofrece el restaurante, conviven los platos ancestrales, que he comentado unas líneas más arriba, con platos más modernos que te llevan a pensar que todo evoluciona y que lejos de contraponerse viven armónicamente los más modernos, con fusiones e influencias foráneas y los tradicionales.
Elegimos el menú de Fin de semana a 28€, disponen de otros dos, Degustación a 40€ y el menú del día a 18€.
También se puede comer a la carta.
Crema de mejillones, fina y delicada. Es un sabor muy tierno.
Allioli, tomate y sobrasada.
Crema de calabaza al ginger, espuma de queso de cabra y butifarra de cebolla. Una combinación de sabores y texturas muy conseguida. El dulce de la calabaza, con el toque ligeramente picante del ginger, que casi no viene a percibirse, pero está, mezcla de manera muy agradable e inesperada con el queso de cabra y un momento después con la butifarra de cebolla, la sensación es muy potente. El remate para los amantes de sabores contrapuestos viene por las rodajitas de cebollino crudo y consiguientemente crujiente. Un plato realmente excelso.
Un buen Monastrell de Sellés que con dos meses en barrica de roble.
Una versión excelente de la coca de gamba amb bleda. Crujientes las hojillas de acelga fritas, la mayonesa con un punto de picante acertado complementa bien. La gamba con un corto marinado está perfecta. Eso si, la cabecita es mejor no probarla a no ser que os encante el sabor áspero y oxidado, queda claro que la probamos, es un sabor completamente contrapuesto al que resulta de hervir o pasar por la plancha esta misma cabeza, que es delicioso por supuesto.
Taco de cochinillo. Cuando el camarero nos dijo taco de cochinillo mi mente me proporcionó la imagen de un taco de cochinillo al horno, no recordé que era un taco mejicano, vaya una coca de dacsa, pero cien por cien de maíz. Esperaba un taco de carne. Se me olvidó la acepción mejicana de la palabra. La cosa es que estaba muy bueno, con la cebolla caramelizada crujiente el cochinillo al punto, con aguacate, pimiento y manzana. Muy bueno. Apretar, enrollar y comer.
Un arroz a banda de sabor insuperable. Los pequeños tropezones de sepia denotan que el producto es de primera calidad. Después de probar muchos arroces a banda, ya sé que cada uno tiene un sabor diferente, este en concreto es un sabor excepcional que recuerda a frutos secos. Tan solo una pequeña pega, el exceso de aceite. Pero vaya, no sobró ni un grano.
Sorbete de mango. Sabroso, conseguido.
Mousse consistente de chocolate sobre coca. Un buen chocolate, se ponga donde se ponga es delicioso. Muy bueno.
Crema catalana casera. Excepcional.
Me quedé con ganas de probar el arroz con fava pelà o el de guixes. Un buen moTivo para volver
CASA CANTÓ
Av. del País Valencià – Benissa
Tel: 965 73 06 29 – 674 12 19 09
En la barra de la entrada uno puede ver un buen puñado de tapas y “picaetes” tradicionales, pilotes de putxero, albóndigas caseras, cocas, figatells…. Un bar al uso de los que cada vez menos abundan en el territorio.