Con la intención de acabar pronto y que nos sobrara tiempo, íbamos hacia el hospital de la Ribera, a las 9 teníamos la primera cita y acabamos rápido, las dos citas fueron muy puntuales y profesionales. Como la enfermedad no revestía ninguna gravedad, una muela del jucio, íbamos con la idea de ver el mercado de Carcaixent que está a diez minutos y almorzar.
No sé muy bien por qué dicha muela tiene este nombre tan bonito. Se supone que es porque cuando te los quitan, si és el caso, el jucio o el entendimiento, de alguna manera, entra a formar parte de la personalidad de la persona. Tendrá que ver con la adolescencia, pero convendréis conmigo que responde a un falso mito, tengo amigos y conocidos que tienen una edad como la mía y de sentido común nada, quizás no se los han quitado? y si fuera el caso, convendría quitárselos?, a ver si lo aquieren.

Fuimos rápido y en veinte minutos acabamos. Al lado estaba el mercado municipal y queríamos verlo y comprar. El mercado tiene muy buena pinta, todavía quedan cosas auténticas, hay paradas de pescado, de embutido tradicional y carnes, paradas de especias y hierbas muy completas, fruterías y verdulerías, bares, saladuras, salmueras y otras cosas interesantes para comer bien.

Quizás las cocas de hígado echan un poquito de luz sobre el origen del figatell, o no. Es un producto que se hace en las Baleares, en Aragón, en Italia, en Grecia y otros lugares mediterráneos, muy arraigado en Oliva y Pego y ahora en la Marina y la Safor y las otras Comarcas Centrales valencianas.

Al salir del mercado vimos una pastelería portuguesa con un motón de pasteles tradicionales de Lisboa, una buena oportunidad que aprovechamos para hacer una degustación de dulces auténticos, el pastelero es un chico lisboeta casado en Carcaixent. También había diversidad de pan, integral, de algarroba y más.
Ir al hospital de la Ribera, si no se sufre ninguna enfermedad grave, es una buena excusa para visitar el mercado de Carcaixent y cercanías y disfrutar de la gastronomía de la zona que merece la pena. Una pequeña ruta gastronómica de 40 minutos, que si tenéis más tiempo, seguro que le podéis sacar más provecho.






